Quero ajudar - En el Trabajo, Un Amigo
¿Cuánto tiempo va a durar este sufrimiento?
Es necesario entender que en el proceso del luto hay dos tiempos corriendo juntos: el tiempo del reloj y el tiempo interno de cada uno. Estos tiempos no siempre coinciden. El tiempo del reloj marcará las horas, los días, las semanas, los meses y los años. Sin embargo, el tiempo interno avanza de manera diferente, acompañando las sensaciones y sentimientos de cada uno. Por esto, el tiempo del luto es diferente para cada persona. Habrá días en los que la ausencia parecerá muy reciente o algo aún muy doloroso. En otros momentos, se tendrá la impresión de estar mejor, como si el sentimiento de falta hubiese pasado rápidamente. Sin duda alguna, el tiempo del reloj ayudará al enlutado a entrar de nuevo en la realidad, cargando el difícil peso de tener que convivir con el sufrimiento. Ahora bien, dado que todas las personas son diferentes, éstas viven sus sentimientos de forma diferente y también asimilan el luto en tiempos diferentes, de forma muy personal.
Los primeros días…
El día en el que fallece un ser querido es, con certeza, un día en el que todo parece hacer parte de una película de la cual usted nunca se olvidará. Es una sensación como si la tierra se abriera y usted tuviera que ser lo suficientemente “fuerte” para no caer, al mismo tiempo que sus piernas y su cuerpo no logran controlar tantas emociones y tanto dolor.
Todos los procedimientos prácticos – velorio, entierro, avisar a los parientes y amigos – tal vez lo mantengan un poco distante de las emociones. No obstante, en algún momento usted tendrá que lidiar con ellas. El estado de confusión es muy común en esos primeros días. Las crisis de llanto, la depresión, las alteraciones del sueño, del apetito y del humor son, todas, reacciones esperadas. En ese momento, muchas cosas perderán el sentido para quien vive el luto. Inclusive realizar las labores más simples del día a día podrá representar una dificultad enorme.
Para quien desee brindar apoyo a alguien que está de luto, es una buena idea ofrecerse para realizar las tareas cotidianas, abriendo el espacio para que el enlutado se reestablezca y, poco a poco, vuelva a su rutina. Regresar a casa siempre es difícil puesto que esto representa tener que continuar la vida sin la persona que acabamos de perder. Aunque este regreso puede ser postergado por algunos días, en algún momento tendrá que ocurrir y vendrá acompañado de sufrimiento. La rutina diaria irá contando todo lo sucedido. Es por esto que los primeros días son tan difíciles y dolorosos.