Esse projeto é um convite para quebrar o tabu. Um canal de inspiração e de informação para quem vive o luto e para quem deseja ajudar

¿Te gusta mirar las fotos de la persona que se ha ido?

¿Cómo te sientes al ver las fotos de las personas queridas que se fueron? Hicimos esta pregunta en la encuesta de este mes y la respuesta con mayor número de clics (45%) fue la alternativa “me gusta, pero me pongo muy emotivo… por eso no las veo tanto”. ¿Te suena este sentimiento?

Gra Mattar

“Mirar una foto puede ayudar a que te conectes con la presencia interna de la persona amada. Para algunas personas, sin embargo, la imagen remite a la falta y eso les provoca sufrimiento”, afirma el psicólogo Carlos Carvalho. Las diferentes reacciones son comprensibles, como revelan las otras dos respuestas de nuestra encuesta, por orden de preferencia: “sí, me encanta, las veo siempre” (42%) y “no, me pongo muy triste, prefiero evitarlo” (12%).

¿Te gusta rever las fotos de una persona que quieres mucho, pero que ya falleció? Elija la opción que más se acerque a lo que haces y sientes.

A raíz de ese resultado, tratamos de entender si alguna de las actitudes sería más benéfica en el proceso de elaboración del luto. El consenso es que no hay una manera más correcta que otra. Lo que sí existe, como en la mayoría de las situaciones asociadas al duelo, es la necesidad de respeto absoluto por la voluntad de cada individuo. “No hay maneras correctas o incorrectas” afirma la psicóloga Elaine Gomes dos Reis Alves, del Laboratorio de Estudios sobre la Muerte, de la Universidad de São Paulo. “Más importante que entender si ver las fotos de las personas queridas pone más triste o feliz al enlutado, es respetar su voluntad de verlas o no. Es permitir que hagan lo que quieran”. Según la dra. Elaine, tanto es natural que quieran verlas para entrar en contacto con la imagen de quien se ha ido como es comprensible que se emocionen y prefieran, por un tiempo, evitarlas. Ahora bien, es importante, aun para quien prefiere inicialmente no mirar las fotos, conservarlas, tenerlas a disposición por si desea verlas en algún momento. “Lo que les hace sentir bien,” afirma la psicóloga, “es saber que pueden tomar las propias decisiones. Hoy quizás la persona no quiera verlas, pero eso puede cambiar en otro momento. Y allá estarán las fotos y películas. Justo después de la muerte de su ser amado, el enlutado vive un momento de mucha fragilidad. Queda muy vulnerable a las opiniones de los demás. Buena parte de las personas con las que trabajé en mi consulta, quienes decían que les gustaría descartar fotos y pertenencias, lo hacían casi siempre por recomendación o influencia de otras personas que creían que eso amenizaría su sufrimiento.”

Las fotos y películas son importantes porque, aparte de que registran la imagen de la persona amada, cumplen el mayor deseo de todos los que perdieron a alguien que amaban: no dejar que se les olvide. “En los casos de pérdidas gestacionales tardías o fallecimientos neonatales, algo que ayuda es dejar que los padres estén un rato con su hijo y, si lo desean, que puedan tomar una foto del bebé”, nos cuenta la dra. Elaine. “Hasta hace poco, en los casos de bebés natimuertos o que morían en el parto, a los padres se les aconsejaba ni ver a sus hijos. Eso afortunadamente ha cambiado y hoy se les alienta tenerlos en el regazo, vestirlos y estar un rato con ellos. Los padres que sacan una foto de ese momento relatan sentirse más tranquilos y en paz por haber tomado la foto, mientras que los que no tienen un registro fotográfico afirman lamentarse por no tener ninguna fotografía de su hijo” dice la psicóloga.