Inmediatamente después de haber iniciado el proyecto, percibimos que una de las quejas principales de las personas enlutadas tiene que ver con la falta de paciencia que las “otras personas” manifiestan frente a su proceso de dolor. Escuchamos innúmeros relatos de gente que se sentía presionada y apresurada para que se “mejorara” rápido. Es por esto que constantemente pedimos más empatía y más paciencia en nuestras conversaciones en esta página. Sin embargo, esta petición nuestra no significa apatía o indiferencia, sino libertad para que cada persona pueda seguir con su ritmo y sus propias estrategias.

El “es necesario prender la luz” no es una imposición, sino un llamado a que cada quien busque aquellas cosas que lo hacen sentir mejor y que le ofrecen un sentido para seguir adelante. Varias veces oímos que, tras los primeros días o semanas de máxima atención por parte de amigos y familiares, llega un momento en el que usted se enfrenta a un gran silencio. Es ahí cuando usted necesita cuidarse, más de que ser cuidado. ¿Cómo puede ayudarse usted mismo? – he ahí la pregunta. Porque aun cuando tengamos amigos, amores y terapeutas, el proceso de luto es una elaboración interna, subjetiva e individual. Levantarse, cuidarse, pedir ayuda, no renunciar a su vida, a su futuro, volver a intentarlo, caerse y levantarse de nuevo – eso es lo mejor que usted puede hacer por usted mismo. Son actos de valentía y de amor propio que serán recompensados posteriormente. ¡Para adelante!

Ilustración de Marina Papi para ‘¿Y si hablamos del luto?’