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¿Qué ocurre dentro de un crematorio?
Hay que tener estómago fuerte y mente abierta. El libro de la hawaiana Caitlin Doughty, “Hasta las cenizas: lecciones que aprendí en el crematorio” (Editorial Dark Side, 2016), trata precisamente sobre lo que ocurre tras los bastidores de la industria funeraria. Específicamente, el libro se sitúa en un crematorio en San Francisco, California, donde la autora – una estudiosa de la historia, ritos y mitos que rodean la muerte – comenzó a trabajar a los 23 años. “Este libro es sobre mis seis primeros años trabajando en la industria funeraria de los Estados Unidos. Si no desea leer descripciones realistas sobre la muerte y los cadáveres, usted eligió el libro equivocado”, advierte Caitlin en la introducción. Su relato es directo y sensible, con fuertes descripciones y profundas reflexiones sobre el proceso de preparar y cuidar los cuerpos después de morir.
Debido a que hay algunos fragmentos que pueden impactar al lector por su fuerte realismo, llegué a pensar que tal vez no fuese una buena idea recomendar este libro en esta página. No obstante, concluí que, si nuestra misión es quebrar tabús, yo no podía dejar de presentar un libro que, además de ser un best-seller en Estados Unidos, tiene la valentía de narrar, sin ningún prejuicio, la rutina de los rituales funerarios, invitándonos a reflexionar sobre su finalidad. “Mirar a la mortalidad fijamente a los ojos no es nada fácil. Para evitar esto, preferimos continuar vendados, caminando a oscuras frente a la realidad de la muerte. Pero la ignorancia no es una bendición – es solo un tipo más profundo de pavor”, escribe la autora.
Caitlin Doughty sintió en carne propia ese pavor. A los 8 años de edad, presenció una escena que marcaría el resto de su infancia en Honolulu, Hawái. Mientras caminaba en un centro comercial, vio cómo una niña, que acababa de subirse a las escaleras eléctricas, caía, fatalmente, desde el segundo piso. La visión de la niña, desplomándose contra la muerte frente a sus ojos, le provocó serios disturbios. Caitlin acabó desarrollando un trastorno obsesivo compulsivo que la llevó a crear toda una serie de rituales para “evitar que sus padres murieran”. El miedo a la muerte y los tics compulsivos se transformaron, más tarde, en una curiosidad académica. Caitlin decidió estudiar antropología e historia de la muerte a través de los tiempos. Su empleo como agente funeraria y la experiencia de cuidar los restos mortales de personas desconocidas hacen parte de esta jornada que ella describe a gran detalle en su libro.
Con un toque de humor y osadía, pero también con mucho cariño y genuino respeto por los cadáveres, Hasta las cenizas: lecciones que aprendí en el crematorio, nos conduce hacia un territorio prohibido para la mayoría de nosotros. Como está escrito explícitamente en la capa, y con la misma honestidad que marca todas sus páginas, este es “un libro para quien planea morir algún día”.