Que la vida siga “Pablo comenzó su carta de despedida con una frase: Que la vida siga sin mí. Y la vida continúa – sólo que no exactamente sin él, porque la verdad es que él ocupa un lugar enorme”. El consultor y doctorando en filosofía Andres Bruzzone escribe este sensible, valiente e inspirador relato sobre la muerte de su hijo Pablo, quien se suicidó un mes y tres días antes de cumplir 24 años.
La fiesta debe continuar La periodista Cynthia de Almeida, una de las idealizadoras de este proyecto, cuenta cómo la pérdida de su hijo Gabriel cambió su percepción sobre la vida. Ella también cuenta cómo los rituales tienen una gran importancia dentro del proceso del luto. Este es un testimonio emocionante sobre celebración, trascendencia y reflexión.
El club del que nadie quiere ser socio En un post del blog colectivo Medium, la neoyorquina Janine Gianfredi escribe sobre su ingreso al club de los que perdieron a sus padres. Es un club al que nadie quiere entrar pero donde sus miembros se apoyan y acogen con cariño y sabiduría a los “nuevos socios”. Basándose en su experiencia, Gianfredi ofrece consejos sobre cómo actuar y ayudar a quien está pasando por el difícil momento de perder a uno de los padres.
Fiesta en el Cielo Un relato sobre la creencia en la prolongación de la existencia de quienes ya se han ido y sobre la felicidad que producen aquellos extraños momentos en los que nos sentimos conectados con ellos.
¡Venga, vete a vivir! El publicista Paulo Camossa, de 50 años, se vio frente a la fragilidad de la vida tras perder a su hija Amanda, entonces con 18 años. Siete años después, él tiene una respuesta muy clara sobre cómo encontró un nuevo sentido a su existencia: sin romper con la memoria e intentando vivir con la misma intensidad con la que vivió Amanda